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S2City, mucho más que una tarjeta ciudadana
 
  • El proyecto, coordinado por Red.es y cofinanciado al 30% por el Ayuntamiento de Valladolid, ofrecerá mejores servicios a ciudadanos y turistas gracias a los fondos FEDER
  • T-Systems, filial tecnológica de la operadora alemana Deutsche Telekom, es la adjudicataria del contrato principal

En clase de Lengua nos contaban que tomar “la parte por el todo” es una sinécdoque. En el caso del proyecto de ciudad inteligente de Valladolid S2City, es tu ciudad, hablar de la tarjeta ciudadana sólo se refiere a la punta de un iceberg, la parte más visible para el ciudadano, pero hay mucho más bajo la superficie, e incluso más importante.

Vayamos al origen. En los últimos años, el Ayuntamiento de Valladolid ha ido dando los pasos necesarios para diseñar una “tarjeta multiservicio” cuyo núcleo central es el bonobús de Auvasa al que se van a incorporar, progresivamente, una decena de servicios más. 

Ofrecer un mejor servicio a los ciudadanos y a los turistas es el principal objetivo de este proyecto, coordinado por Red.es con fondos FEDER y cofinanciado por el Ayuntamiento de Valladolid en un 30%. La empresa adjudicataria del contrato principal del proyecto es T-System, filial tecnológica de la operadora alemana Deutsche Telekom.

Se trata de un proyecto técnico complejo y difícil; por una parte, implica interconectar sistemas diferentes y heterogéneos, por otra, coordinar varios servicios municipales –algunos gestionados por empresas externas-. Pero… ¿Imaginan las ventajas para la ciudad y el ciudadano? Serán enormes. En primer lugar, el usuario podrá disponer de un único monedero para pagar diversos servicios -autobús, ORA, Vallabici, actividades en centros deportivos, centros cívicos, centros de mayores, tasas, puntos de recarga de vehículo eléctrico) y, también, identificarse como usuario en las bibliotecas, puntos limpios y otros servicios públicos. Además, está prevista una versión virtual de la tarjeta para móviles, más cómoda y versátil para el usuario.

Por otra parte, y aquí es donde empiezan las ventajas que oculta la punta del iceberg, estamos hablando de romper el esquema tradicional de gestión de una ciudad. Normalmente, cada uno de los servicios y áreas municipales actúa de una forma coordinada pero bastante independiente, de tal modo que los datos que se generan se almacenan en “silos” separados de información. En los últimos años, se está imponiendo un nuevo paradigma orientado a la puesta en común de la información para conocer de forma integrada todo lo que sucede en la ciudad, cómo funcionan los servicios y cómo los utilizan los usuarios. Al cruzar esos datos de múltiples fuentes y aplicar técnicas de análisis y tratamiento, se conocerá al detalle cómo los ciudadanos utilizan los servicios para optimizarlos, ser más eficientes y mejorar, así, la gobernanza. 

Así pues, el proyecto incluye la puesta en marcha de una solución denominada “Valladolid inteligente”, que permitirá aplicar técnicas de “big data” a los datos de uso de los servicios en combinación con otras fuentes de datos como los meteorológicos, los de calidad del aire, densidad del tráfico, transacciones con tarjetas bancarias en comercios, etc.

La Economía del dato

Parte de estos datos se utilizará para alimentar un portal de datos abiertos en el que cualquiera pueda hacer un uso -comercial o no- de algunos de ellos, una vez que sean anónimos. Es lo que se conoce como “economía del dato”; fomenta la creación de un ecosistema de iniciativas públicas y privadas que generen valor añadido a partir de su uso. Además, todas estas fuentes y otras de origen estadístico permitirán definir un conjunto de indicadores que ofrecerán al público y a los gestores municipales un panel de control con información de la situación de los servicios en la ciudad. Muchos de estos elementos se incorporarán en un nuevo portal de Transparencia que mejorará el que existe actualmente.

Otra clave del proyecto será el fomento de la participación ciudadana a través de herramientas de trabajo en grupo, nuevos mecanismos para recabar quejas y sugerencias y su integración, con la actual web de presupuestos participativos, en un nuevo Portal de Participación.

Finalmente, se tratará de inculcar a los ciudadanos un mejor uso de los servicios municipales e incentivar los comportamientos sostenibles individual y colectivamente, fomentando el uso del transporte público, los recorridos a pie o un menor uso de los ascensores en edificios públicos. Para ello se diseñará un juego para el móvil que premiará con puntos a los usuarios más fieles; los podrán canjear por premios y descuentos en comercios, actividades culturales y turísticas, etcétera.

Seguridad, privacidad y soberanía de los datos

En un momento de gran preocupación ciudadana por el uso de los datos por parte de las grandes empresas de internet y por los robos de datos por ciberdelincuentes, otra de las claves del proyecto consiste en garantizar la seguridad de los sistemas y la privacidad de la información. Se establecerán los controles y garantías para que el ciudadano sea el dueño de sus datos y decida cómo se pueden emplear. Además, los sistemas informáticos utilizarán herramientas que garanticen su inviolabilidad y resiliencia a los ataques.

Se trata, en definitiva, de que la ciudad pueda aprovechar la información que generan los ciudadanos al usar sus servicios para el beneficio público, mediante su tratamiento agregado y anónimo. Esta es una cuestión de máxima actualidad y de gran interés para el Ayuntamiento, que participa en grupos de trabajo y foros europeos de ciudades dentro de la red Eurocities centrados en la ciudadanía digital. Fruto de ellos, el consistorio, a través de la Agencia de Innovación, ha colaborado en la definición del “Decálogo de principios de datos ciudadanos”, diez preceptos sobre el uso ético de los datos generados por los ciudadanos para mejorar la vida de las personas.