En los anexos del estadio Zorrilla se instalará un biofiltro para la gestión del agua de lluvia, que es una réplica del que funciona con éxito en el Sparta de Rotterdam
Impluvio. En las casas romanas, espacio descubierto en medio del atrio, por donde entraban las aguas de la lluvia. Es la definición de la Real Academia de la Lengua Española de este sistema que se utilizaba en la época romana. Su utilidad era doble, por un lado, servía para almacenar agua para los días de sequía y por otro, regulaba la temperatura del hogar cuando el calor apretaba.
Pues bien, este concepto sirve para explicar el proyecto que se ejecutará en los anexos del estadio de fútbol José Zorrilla. Se trata de la iniciativa Urban Waterbuffer que explica la técnica de la Agencia de Innovación y Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Valladolid, Alicia Villazán, «consiste en la recuperación de las aguas de lluvia que caigan en el parking y en la cubierta del estadio para su almacenamiento y filtrado a través de métodos naturales».
Para ello, se replicará una tecnología neerlandesa, basada en el aprovechamiento natural del agua pluvial, que se utiliza desde 2018 en el estadio Sparta de Rotterdam (Países Bajos). Con esta fórmula se estima cubrir aproximadamente el 20% de las necesidades de riego del campo de fútbol.
Por un lado, el agua de lluvia, a través de un sistema de canaletas, se recogerá en un tanque de retención desde donde se dirigirá a un biofiltro. Una capa de vegetación con una tecnología innovadora, BlueBloqs, permitirá su depuración y de ahí el agua irá a parar a un aljibe para que pueda ser utilizado en el riego del campo deportivo. «La tecnología de biofiltro es una solución basada en la naturaleza para la gestión del recurso del agua» subrayan los técnicos de la Agencia. En definitiva, se trata de aprovechar la captación de aguas superficiales pluviales y la depuración mediante técnicas naturales, su percolación y almacenamiento temporal en el subsuelo, para su posterior utilización en el riego del campo deportivo.
La directora de i-Catalist, Elena López Gunn que participa en este proyecto apunta que «la naturaleza te ayuda a adaptarte al cambio climático porque el agua almacenada a través de una solución natural se puede utilizar cuando haga falta. Así que evitas recurrir al caudal del río y creas resiliencia de un sistema. Creas un sistema mejor adaptado».
En esta misma línea, desde la Agencia de Innovación plantean que «el concepto de recogida de aguas pluviales para depuración, a través de biofiltro, y su utilización ya sea para riego de campo deportivo o zonas verdes es perfectamente replicable», por lo que podría escalarse a otro tipo de emplazamientos de menor tamaño en la ciudad o en otras ciudades.
Sobre esta idea, la concejala de Innovación, Empleo y Comercio de Ayuntamiento Valladolid, Charo Chávez indica que «el sistema es replicable en otros lugares y ciudades. Precisamente nosotros en Valladolid somos ejemplo del potencial de replicabilidad de una tecnología probada en Holanda que vamos a testar aquí».
Consorcio español-holandés
La directora de la empresa i-Catalist, especializada en la adaptación al cambio climático, destaca la importancia de la colaboración de las administraciones locales en iniciativas de este tipo. «El Ayuntamiento de Valladolid a nivel europeo puedo decir que es de los mejores. Son un referente porque arriesgan y apuestan por la innovación para mejorar la ciudad», apunta.
En junio de 2020 cuando el Consistorio firmó un acuerdo de colaboración con un consorcio de socios para la ejecución del piloto Urban Waterbuffer (UWB) en Valladolid. Los socios por la parte holandesa son Field Factors B.V. (coordinador), entidades de investigación y conocimiento KWR Water B.V. y CODEMA BE-De Lier B.V. Y por la parte española, el Ayuntamiento de Valladolid, Aquavall Entidad Pública Empresarial para la gestión municipal del agua, y la consultora especializada i-Catalist S.L.
El presupuesto final asciende a 535.817 euros que cofinancian el Ayuntamiento de Valladolid y el programa del gobierno holandés ‘Partners for Water 2016-2020’ a través de su Agencia de Desarrollo Empresarial (RVO). Esta acción se enmarca en el programa de Economía Circular en el que trabaja el Consistorio desarrollando diferentes proyectos entre los que se incluyen la divulgación de las posibilidades de aprovechamiento de los recursos naturales y de reutilización de los industriales.
La adaptación de los colegios para hacer frente al cambio climático
Hoy en día nadie puede dudar de que la contaminación y el estilo de vida poco colaborativo con la naturaleza pasan factura. El calentamiento global es un hecho. Así que mientras los grandes países se ponen de acuerdo para desarrollar medidas efectivas que frenen esta situación, a nivel local se buscan soluciones a futuros problemas. En este sentido, la empresa i-Catalist, ya ha desarrollado una iniciativa piloto en un centro educativo de Valladolid, con apoyo del Ayuntamiento de Valladolid, para poner en marcha un proyecto similar al Waterbuffer pero adaptado a este tipo de instalaciones. «Lo bueno de estas soluciones naturales es que son como multivitaminas. A la vez que solucionas el problema de inundación pluvial solucionas también un problema de ola de calor», explica la directora de la empresa, Elena López. El planteamiento es instalar un centro de vegetación con un sistema de biofiltro que permita recoger el agua pluvial. «Si hay lluvias repentinas con este sistema se recoge el agua. Y si además hay vegetación, en el caso de las olas de calor se consigue bajar la temperatura», apunta. Este tipo de acciones a nivel local, en el marco de programas de economía circular, permiten explorar nuevas posibilidades para lograr una ciudad sostenible, ecológica, comprometida con el cuidado del medio ambiente y funcional.
(Artículo publicado en el suplemento Innova+ de El Norte de Castilla. Andrea Díez en colaboración con la Agencia de Innovación y Desarrollo Económico)