“¡Viva la Declaración de Valladolid! Muchas gracias.” Así concluyó la intervención Abel Caballero, presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, tras la firma del documento en el que se expresa el compromiso de los ayuntamientos del país por la “Economía Circular” como un modelo de sostenibilidad. “Ningún lugar mejor que Valladolid, una ciudad paradigmática en la lucha contra el cambio climático y el medio ambiente”, apostilló el máximo responsable de la FEMP, que instó a Óscar Puente a tomar la antorcha que deja Sevilla para iluminar en este ámbito a todos los ayuntamientos del país durante los próximos años.
El documento se firmó en Valladolid con el apoyo del Gobierno de España a través del secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán. También asistieron miembros del Equipo de Gobierno , el delegado del Gobierno en Castilla y León , el delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Valladolid y representantes de entidades privadas. El secretario general de la FEMP, Carlos Daniel Casares –que fue concejal de Juventud en los años ochenta durante los mandatos de Tomás Rodríguez Bolaños- leyó el manifiesto junto a otros representantes municipales.
El alcalde, Óscar Puente, recordó que en septiembre de 2015 el Ayuntamiento de París lanzó una iniciativa denominada “Llamamiento a las ciudades a favor de la Economía Circular” con el fin de promover modelos basados en la economía circular entre las entidades locales. A partir de ese llamamiento ciudades europeas se fueron sumando al compromiso de intensificar sus esfuerzos para reducir los impactos ambientales y climáticos del desarrollo económico, de llevar a cabo políticas concretas y ambiciosas a favor de la economía circular, de fomentar la sensibilización y la concienciación de la ciudadanía en materia medioambiental y de propiciar la cooperación y el intercambio de experiencias entre ciudades.
En marzo de 2017 se firmó la Declaración de Sevilla, que nació con el propósito de impulsar y apoyar el llamamiento realizado por París en 2015, suscribiendo los compromisos que figuraban en el documento promovido por la ciudad francesa y añadiendo otros que resaltaban no solo el importante papel de las administraciones locales en el tránsito hacia un modelo circular, sino también la importancia de potenciar la colaboración público-privada, la necesidad de involucrar a la comunidad científica en la investigación y desarrollo de la economía circular y la conveniencia de fomentar que los ciudadanos actúen como consumidores responsables. A esos compromisos plasmados en la Declaración de Sevilla se han adherido hasta la fecha 231 entidades locales que representan a más de 20 millones de habitantes.
El Llamamiento de París y la Declaración de Sevilla han puesto de relieve que los gobiernos locales juegan un papel crucial en la transición hacia la economía circular, por cuanto pueden incorporar los principios de este modelo económico a las políticas que desarrollan y a los servicios que prestan, tales como el ciclo urbano del agua, los residuos urbanos, la movilidad, etc.
Continuando con el compromiso de las entidades locales en pro de un futuro medioambientalmente sostenible, la FEMP ha promovido el documento “Declaración de Valladolid. El Compromiso de las Ciudades por la Economía Circular”. En la misma, en la que Valladolid toma así el testigo de Sevilla, se actualiza la Declaración que nació en la capital andaluza, y se hace adaptándola a los cambios a los que obliga la pandemia del COVID-19 y encauzándola en la senda que contempla el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia aprobado por el Gobierno de España.
“En la Declaración de Valladolid, con la economía circular como hilo conductor, y teniendo en cuenta cuestiones tales como la movilidad sostenible, el uso sostenible del agua o la eficiencia y el ahorro energético, los firmantes de la Declaración se comprometen a convertir la economía circular en una fuente de impulso que contribuya al cambio del modelo económico y a la reducción de impactos ambientales. No es casualidad que la reedición de ese compromiso de las entidades locales con la economía circular lleve por nombre “Declaración de Valladolid”, por cuanto nuestra ciudad atesora una trayectoria consolidada en su apuesta por la economía circular; no en vano hemos sido una de las primeras entidades locales de España en promoverla, porque creemos firmemente que representa una oportunidad para abordar retos ambientales como el cambio climático y desafíos sociales como el desempleo y las crisis económicas”
Con la Declaración de Valladolid – prosiguió Óscar Puente- “nuestra ciudad ratifica su compromiso en la promoción de la economía circular, un compromiso que consideramos esencial en el aporte que estamos realizando para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible recogidos en la Agenda 2030 que han de procurar un futuro sostenible para este planeta y para quienes en él habitamos”
París, Sevilla y la Declaración de Valladolid
La Declaración de Sevilla, suscrita por 231 Entidades Locales, que aglutinan a más de 20 millones de habitantes, ha contribuido a dar un fuerte impulso al cumplimiento de los ODS, recogidos en la Agenda 2030 por una Estrategia de Desarrollo Sostenible y al proceso de descarbonización de nuestra sociedad.
Por eso las ciudades hoy reunidas en Valladolid, en esta jornada sobre Economía Circular, Reconstrucción y Entidades Locales, nos comprometemos con nuestra firma a:
- Impulsar y apoyar tanto el llamamiento que realizó la ciudad de París por una economía circular como la Declaración de Sevilla, firmada el 15 de marzo de 2017.
- Resaltar el importante papel que tienen los Gobiernos Locales en las acciones de fomento y desarrollo de un nuevo modelo basado en los principios de la Economía Circular por ser la administración más próxima, y la que por tanto puede prevenir los principales conflictos ambientales.
- Impulsar el papel de los nuevos emprendedores, potenciando el protagonismo de los jóvenes en el desarrollo y creación de nuevas empresas.
- Promover el cumplimiento de los Objetivos de desarrollo Sostenible recogidos en la Agenda 2030 fomentando un modelo de desarrollo urbano sostenible, saludable, inclusivo y resiliente, aumentando la demanda de actividades socioeconómicas generadoras de bienes y servicios medioambientales, fomentando el empleo verde y un empleo social de mayor calidad y garantizando una Transición Ecológica Justa.
- Desarrollar Estrategias Locales de Economía Circular, como el modelo impulsado por la FEMP, que permitan diagnosticar la situación de la entidad local y su territorio, elaborar planes de acción y establecer indicadores que garanticen el cumplimiento de los objetivos de reducción de residuos y la revisión permanente de los planes para la mejora continua de los mismos. Estas estrategias tendrán como objetivo la prevención y la reducción de la generación de residuos, de los impactos adversos de su generación y gestión, la reducción del impacto global de uso de los recursos y la mejora de la eficiencia de dicho uso, con el fin de proteger el medio ambiente y la salud humana y efectuar la transición a una economía circular y baja en carbono.
- Favorecer un uso sostenible del agua optimizando la red de abastecimiento y saneamiento, incrementando la eficiencia y ahorro en el consumo del agua, fomentado su reutilización y garantizando el derecho de acceso al agua.
- Impulsar la aplicación de la Agenda Urbana Española, integrando la sostenibilidad en la planificación territorial orientando las políticas urbanas con objetivos sociales, económicos y ambientales, promoviendo un urbanismo que fomente la compacidad, la regeneración y la resiliencia urbana.
- Promover la eficiencia y el ahorro energético en el parque inmobiliario, en los sectores comerciales e industriales y favoreciendo el asesoramiento para combatir la pobreza energética.
- Ordenar el espacio para fomentar la movilidad sostenible, regulando la ocupación del espacio público, priorizando el uso peatonal del mismo, integrando la movilidad sostenible en el planeamiento urbanístico, reduciendo las emisiones a la atmósfera derivadas del transporte, y promoviendo el transporte colectivo.
- Repensar la manera de producir, abastecer y consumir, generando conductas más saludables para el entorno y la población y favoreciendo la igualdad de oportunidades tanto en el ámbito urbano como en el medio rural.
- Fomentar espacios y conductas saludables impulsando un desarrollo rural sostenible, promoviendo un urbanismo para la salud potenciando los hábitos saludables, el consumo responsable y reduciendo el desperdicio alimentario.
- Convertir a la economía circular en una fuente de impulso de las nuevas tecnologías que contribuya al cambio del modelo económico y a la reducción de impactos ambientales.
- Involucrar a la Comunidad científica en la investigación y desarrollo de proyectos y programas de fomento de la economía circular, incrementado los programas de I+D+i
- Fomentar la cooperación entre administraciones y desarrollar y compartir buenas prácticas entre ciudades, en el marco del desarrollo de Estrategias Locales de Economía Circular.
- Fomentar la gobernanza multinivel del territorio y mejorar la concienciación, sensibilización y participación de nuestras vecinas y vecinos en las acciones locales de impulso de la economía circular.
- Potenciar los partenariados público-privados para favorecer alianzas entre los distintos actores del sector público, organizaciones de la sociedad civil y el sector privado.